Fragor en la CDMX

una gran conexión con la Banda. Después de tantas horas de ensayo habíamos llegado a compenetrarnos mejor y estábamos muy seguros de lo que íbamos a hacer en el escenario. La Banda lucía elegantísima esa tarde, todos concentrados en sus puestos. Tras un año de trabajo, por primera vez exponíamos Fragor ante el público. Cuando subió el telón, el maestro Ismael nos condujo a todos con mucho aplomo y solvencia. Por supuesto, yo no estoy acostumbrado a cantar con un director, pero por el rabillo del ojo seguía los movimientos de sus brazos, que marcaban el pulso de la música, las entradas de los solistas, los crescendos, los silencios. Todos seguíamos esos brazos. Mi posición hacía que yo quedara totalmente envuelto por el sonido de la banda, casi en el centro del semicírculo que forman. Me sentía muy honrado de ser parte de ellos, de ser su cantante y guitarrista, aunque fuera solo por tres únicos conciertos. En algunas partes podía voltearme para verlos tocar, volverme su público. La sonoridad era la misma que me sorprendió la primera vez que los escuché en el ensayo, pero ahora más precisa, más emotiva aún. Había momentos en que el sonido que generábamos me hacía remontarme a una raíz muy antigua y primigenia, llena de significados. Al mismo tiempo estaba en una atmósfera totalmente nueva, una entidad sonora absolutamente diferente para mí. Ernick y Cecilia, quienes me regalaron el gusto de cantar conmigo esos días, saben bien de lo que hablo. Y estoy seguro de que los que estuvieron con nosotros en el Teatro Morelos también.

Y es precisamente a  ese público a quien quiero agradecer aquí, a quienes nos acompañaron en esas funciones. Con una audiencia así, la verdad todo es posible. Agradezco entonces a los hidros, por supuesto, nuestros anfitriones, quienes son muy comprometidos con la música. Pero también a la gente que vino de CDMX, de León, de Zacatecas, de Querétaro, de Los Ángeles.

Sé que muchos más no pudieron asistir. Porque les quedaba muy lejos; por la incertidumbre de si les tocarían boletos (se acabaron un día antes); porque estaban muy ocupados o lo que fuera. La verdad es que la respuesta de la gente fue mayor a la esperada en un principio.

Cuando terminamos la última función, el domingo, había muchas emociones encontradas. Pero algo en lo que creo que todos coincidíamos era en la posibilidad de hacerlo de nuevo, de tocar Fragor otra vez. ¿Cómo; qué hilos hay que mover…?

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Ya pronto llega diciembre, y el año se va. Queremos despedir al 2016 con algo verdaderamente excepcional. Así que tengo el enorme gusto de decirles que, gracias a la conjunción de muchos, muchos esfuerzos, ahora nos toca ser anfitriones: La Banda Sinfónica Municipal de Aguascalientes viene a la CDMX por primera vez. Estaremos con ellos en el Teatro de la Ciudad el domingo 11 de diciembre, para presentar Fragor en su totalidad. Pero además, el programa es doble: para cerrar, LABARRANCA tocará un set eléctrico especialmente diseñado para para complementar Fragor.

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